miércoles, 29 de octubre de 2008

Capasidad del Satelite Somom Bolibar

Génesis y alcance del Satélite Simón Bolívar

Génesis y alcance del Satélite Simón Bolívar:
una Obra de la Revolución

Ahora Venezuela entrará en una nueva etapa: la era satelital. El propósito consiste en beneficiar a sectores excluidos que no pueden pagar servicios de telefonía e Internet. Y a quienes no pueden detectar a tiempo diagnósticos médicos, o todavía se mantienen al margen del sistema educativo

De los inicios
El Estado venezolano evidenció la imperiosa necesidad de un satélite propio luego del golpe de Estado del año 2002, episodio en el cual resultó muy fácil desinformar a la población venezolana sobre lo que estaba ocurriendo en el país. Nace, por lo tanto, un proyecto fundado en los valores de paz y amor. “La tecnología espacial debe formar parte de la vida cotidiana del sector público”, apunta Nuris Orihuela, Ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, a quien le ha tocado el reto de “coronar” lo que hace seis años era una utopía, algo impensable.
Por lo tanto, después de los acontecimientos del año 2002 el Ejecutivo Nacional, encabezado por su máximo líder, Hugo Chávez Frías, se convenció de ser copartícipes de la tecnología espacial. El arranque: 2004, cuando se hizo urgente empezar con las telecomunicaciones en función de nuestra soberanía y de los intereses nacionales. Desde esta óptica no es caprichosa la expresión cuyo contenido y significado habla por sí misma: “ahora seremos soberanos hasta en el espacio”
Muchos se preguntarán cuándo comenzó el primer viaje de un satélite hacia el espacio y qué país inició lo que para muchas naciones estigmatizadas de tercer mundistas resultó, por muchos años, una verdadera utopía. Pues bien, la fecha emblemática es 1957, año en el cual fue lanzado el primer satélite por los rusos. Inmediatamente Estados Unidos se incorpora a la carrera espacial.
Como podemos observar el despliegue en el marco de la carrera espacial tiene como contexto histórico la guerra fría, episodio en el cual dos bloques, la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos, se disputaban el poder.

Satélite en detalle
 Luego de firmado el contrato se inició la ejecución exitosa de un proyecto complejo. Con muchas aristas, hecho con alta tecnología, pero también torpedeado. “Hay una especie de soborno de los países imperialistas, según el cual debemos conformarnos sólo con su tecnología”, expresa Orihuela al tiempo que agrega que en la actualidad estamos luchando por otro modelo geopolítico mundial (…) Esta es una plataforma que nació de la mano con el socialismo, razón por la cual nosotros no llegamos a aceptar la imposición tecnológica para depender de los fabricantes y de sus conocimientos. Ese era el propósito de algunos países”

 Dentro de los beneficios que brindará el Satélite Simón Bolívar se encuentran la tele-medicina y la tele- educación. A través de la tele-medicina, por ejemplo, se podrán transmitir y recibir radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas, mamografías, etc de personas que se encuentran muy lejanas de los centros primarios de atención en salud. De tal forma que el tratamiento de una persona que se encuentra en un pueblito de Delta Amacuro podrá realizarse en forma inmediata y no tendremos que esperar que este paciente se desplace desde su lugar hasta la ciudad.

 En el caso de la tele-educación, “cualquier ciudadano podrá tener acceso a programas educacionales sin necesidad de estar físicamente en un salón de clases, llegando a un gran número de estudiantes a la vez, mediante tecnologías de tele-comunicación por satélite”, explica Luis Holder, jefe del Proyecto Venesat 1.

“Hay una tendencia en las operadoras mundiales de telecomunicaciones que acaparan los servicios para decirle a los países pequeños que no nos incorporemos en esas tecnologías que son asuntos costosos y complejos, y que en todo caso ellos nos ayudarían, incluso, con regalarnos el servicio. Esto es un mecanismo de dominación y de manejo de masas tremendo”, explica Orihuela a la vez que argumenta cómo es asumido el tema de las telecomunicaciones en el espectro global.

Actualmente, en la unión internacional de telecomunicaciones, hay corrientes que proponen que los miembros de esta Organización tengan derecho a órbitas en el espacio. En otras palabras, se está promoviendo la privatización también del espacio. No obstante, estas iniciativas se han topado con un muro construido por algunos países entre los que se halla Venezuela, nación desde la cual se concibe el espacio ultraterrestre como un bien de la humanidad y en consecuencia nadie tiene o podrá tener propiedad sobre el mismo. No debe existir hegemonía alguna, pues la concepción del capitalismo que determina la ganancia por la ganancia, como único mecanismo fundamental y motivación del ser humano, está perdiendo vigencia de forma acelerada en los días que vivimos.

 En relación con la cobertura es importante manifestar que el satélite iluminará a El Caribe y Suramérica en banda C que se usa para transmisión en TV y radio. Desde esta banda iluminaremos a Cuba, Jamaica, Haití, Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil. Iluminamos casi toda Suramérica, excepto la Patagonia al sur porque allí no hay mucha probabilidad de implementar programas sociales. No iluminamos Estados Unidos ni México. En todo caso, el satélite es una herramienta de integración regional muy importante que permitirá la incorporación de programas en la región.


 ¿Y las estaciones en Venezuela? El país cuenta con dos estaciones terrenas: Bamari, en Guárico y otra en Luepa, estado Bolívar. Han sido creadas para el control y lograr, en una primera fase, ubicar al satélite en su posición definitiva. Esta tarea se hace en 4 vueltas sucesivas. Será a través del telemando que moveremos al satélite, una vez liberado. Lo haremos girar en torno a la tierra. Luego se va levantando progresivamente abriéndole cada vez más el radio hasta lograr los 36 mil Km de distancia de nuestro planeta. Eso tarda entre 5 y 10 días. Por cierto, nuestras estaciones son 100% venezolanas. Y en su construcción participó tanto el sector público como el sector privado venezolano.

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